jueves, 30 de marzo de 2017

MUJERES del Dakar Rally de 1993

Llegó otro jueves con #ThrowBackThursday que nos transporta en el tiempo y nos hace recordar a las MUJERES pioneras en el automovilismo.
Como hace más de 3 meses, seguimos contando la historia del Dakar Rally, y hoy nos vamos al año 1993.


Placa del Rally Dakar del año 93

La gran noticia de esta edición fue que Gilbert Sabine le vendía los derechos de la carrera a la Amaury Sport Organisation (ASO).
Y el otro gran anuncio fue que después de la edición a Ciudad del Cabo, el rally volvía a su recorrido original con salida del Trocadero en París y llegada a la ciudad de Dakar, Senegal.

Sin embargo, el 15º aniversario de la carrera fue un poco "infeliz" debido a que la caída en el número de inscriptos continuaba y era preocupante, solo se anotaron 154 participantes, nunca había sido tan baja.
En el caso de las motos, tuvo la menor cantidad de inscriptos en toda la historia del Rally Dakar, menos de 50.

Al respecto del recorrido, en la etapa 2 Beni Ounif-El Goléa, un tercio de los competidores quedan empantanados en las dunas de El Goléa, en Mauritania. Solo 18 motos y 82 autos/camiones siguen en carrera.
Este año la salida no se adelantó y fue el 1º de enero del 93 desde la Place du Trocadéro, París. La llegada fue el 16 de enero al Lac Rose en Dakar. El día de descanso fue el 10 de enero de 1993 en en Adrar, Argelia.

Como ya dijimos, el total de inscriptos fue realmente muy bajo, aún más bajo que en la primera edición de 1979. Solo hubo 153 inscriptos totales, que se dividieron en 46 motos, 65 autos y 42 camiones, incluidos los de asistencia.
Y llegaron a Dakar menos de la mitad, solo 67 vehículos, que fueron apenas 12 motos, 44 autos y 11 camiones.


El informe de prensa de la 15ª edición del Dakar 93

Respecto de las MUJERES, también continuó la tendencia decreciente, esta vez tenemos información de que participron nada más que 4 y no hubo ninguna tripulación femenina, fueron 2 moterAs y 2 copilotAs.

No hemos podido encontrar en nuestra búsqueda web la lista completa de inscriptos, por eso en muchos casos nos faltan los números de participantes o algunos otros datos. Esperamos que nuestros lectores y seguidores puedan ayudarnos con datos que sepan o documentos que tengan en su poder. 😁 😁

Entonces comenzamos nuestro repaso por las moteras, de las cuales lamentablemente ninguna pudo llegar al final en el Lago Rosa.

La primera fue la francesa Marianne Bernard, anotada con el #8 al mando de una Suzuki DRS 350, que abandonó.

La segunda motera fue la experimentada alemana Jutta Kleinschmidt con el #11 en su Yamaha 660 XTZ del World Marathon Team.
Infelizmente también abandonó después de la sexta etapa El Golea-Bordj Imar Dris en Marruecos. En esa misma 6ª etapa del día 8 de enero, fiel al espíritu Dakar, Jutta ayudó a Jean Luc Martin, que tuvo una caída, y luego terminó la etapa 17ª.
En la edición del 7 de enero de 1993 del diario español Mundo Deportivo, en su página 29 citaba a Jutta diciendo:
"Aunque mi profesión es la de ingeniero físico y trabajo en un centro de investigación, acabo de abandonar mi oficio para consagrarme a la moto.
De momento estoy poniendo a punto un macroequipo de 20 pilotos alemanes que participará en el próximo Raily Faraones. Además, pienso organizar ‘stages’ de pilotaje y tomar parte en la Copa del Mundo de Rallies Todo Terreno".

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Con respecto a las MUJERES de las que tenemos información en la categoría automóviles, sabemos que no hubo tripulaciones femeninas ni tampoco pilotAs.
Hubo dos copilotAs, ambas con experiencia de haber competido antes en el Rallye Paris-Dakar.

Marianne Bernard en la rampa de salida del Dakar Rally 1993.

La primera fue la francesa Josette Gaudy, a bordo del Toyota KDJ 80 #240 del equipo Surplus 4x4 junto con Paul Charmasson, que abandonó.

Y la otra copilotA presente en esta edición fue la holandesa Mieke Tijsterman, de nuevo acompañada por su esposo Kees Tijsterman, pero no tenemos información del vehículo que tuvieron esta vez ni del número de inscriptos.
Siguiendo la pésima suerte de las MUJERES en esta edición, Mieke también abandonó.

Antes del comienzo de esta 15ª edición del Paris-Dakar Rallye, durante el mes de diciembre, Mieke le dio una amplia entrevista al diario holandes NRC Handelsblad en el que habló bastante de su experiencia como dakariana.
Pudimos traducir esta entrevista al español con ayuda del traductor de Google y aquí les dejamos algunos trechos:
"Todos piensan que el desierto es aterrador y peligroso, yo creo que es cómodo, placentero, relajante. Es imposible explicarle a alguien que no tiene la experiencia propia lo que siento allá".
"¿Yo aventurera? Nací y me crié en Waddinxveen, me casé con Kees que también es de Waddinxveen. Nada del otro mundo". Recepcionista en una editorial en Capelle, pero siempre le gustó viajar lejos, y de preferencia sin guía turística.
Por experiencia, Mieke puede escuchar cuando el motor de un auto anda mal, "una válvula o el filtro de aire", pero no sabe repararlo, y tampoco nunca lo intentó. "Puedo cambiar los neumáticos, solo eso". Dice que puede cambiarlos en 4 minutos. "En la arena, eso es rápido, ¿sabés?"
Cuenta que todo empezó hace 9 años cuando fueron de vacaciones con unos amigos de Argelia hacia Marruecos y llegaron en pleno cruce del Dakar Rally. Tanto les gustó la atmósfera y la carrera que al año siguiente decidieron anotarse.
No sabían nada, apenas podían leer las instrucciones de la hoja de ruta. "Había cursado francés en la escuela durante 6 años", pero no veía la falta de idioma como una desventaja. "Si dominás bien el idioma podés pensar mucho cuando lees los datos. Ahora sigo las indicaciones y más. También podría pedir el roadbook en inglés, pero prefiero el francés".
Mieke llevaba casada con Kees más de 10 años cuando se anotaron en su primer Dakar, y por miles de kilómetros de arena confían y dependen uno del otro. "En casa, en general también trabajamos juntos codo a codo. De verdad que no lo habría hecho sola, no, no".
El volante es propiedad de Kees, ella casi nunca estuvo al volante. "Manejé tal vez tres veces en todos estos años. Simplemente no puedo hacerlo tan bien como hago la navegación".
Dice que son bastante tranquilos cuando andan en el auto "no hablamos mucho", prefieren concentrarse, él en el camino, ella en la hoja de ruta. Tampoco ponen música, "es imposible, un cassette se rompería por la arena. Lo peor es con la ropa, es terrible. Queda todo cubierto, mi nariz queda tapada hasta dos semanas después del rally".
El reconocimiento que tienen en el mundo del rally es grande. Como amateurs han tenido un rendimiento superior. En 1989 fueron quintos en su clase. Ahora, en esta edición, tienen su propio camión de asistencia con tres mecánicos, pero no se compara con los grandes equipos, porque siempre les falta dinero. Tampoco tienen tiempo para hacer entrenamientos previos, "¿qué deberíamos hacer acá en Holanda?" Apenas cada uno trabaja en el estado físico.
¿Cuál es su secreto? "Somos sensatos. No hacemos locuras. He visto a tipos rudos, grandotes llorar en sus autos. Ya no podían soportarlo. Así que nosotros no lo llevamos tan al extremo".
Comenta que cada rally todavía lo consideran como vacaciones. "Africa es el área más hermosa del mundo. Todavía es real". Le divierte conocer a las poblaciones locales en los campamentos y bivacs. "Otros corren cuando ven que la gente se acerca rápidamente, cierran las ventanas y traban las puertas. Yo salgo, trato de hablar un poco con ellos. He tenido a un montón de niños enseñándoles a cantar. Nunca tengo miedo". Les regala gorras y remeras y su propia ropa. Lo aprecian mucho. A veces vuelve a ver al año siguiente a alguien que usa con orgullo la remera que ella le regaló. Y también le hacen regalos de agradecimiento.
Como mujer no cree que el calor y la arena sea más difícil para ella, "es igual de difícil para todos". Tienen que dormir en carpas y si tienen suerte pueden ducharse. "Con frecuencia viene gente de alguna aldea con baldes o bidones de agua". A veces no se reconoce "si veo fotos mías en el rally no me reconozco, estoy toda negra".
También la comida es un tema. Deberían conformarse con lo que les da la organización "¡Y no es rica!" No hay tiempo ni instalaciones para preparar alguna receta. "En el día de descanso, a veces estoy lista para treinta tallarines o freir 5 huevos". Siempre adelgazan durante el rally, ella unos pocos kilos, Kees más de 15. "Es más gordo que yo, entonces adelgaza más rápido". Durante el rally beber es más importante que comer, pero también se controlan para no estar orinando seguido.
Cuando nació su hijo, Tim, hace dos años ella no dejó de ir al desierto. "Tenía un mes cuando hicimos el París-Ciudad del Cabo. Sentí que recién había tenido a mi bebé después de ese rally". Aunque lo extrañan, no dejarían de correr "en una semana en la playa tendría más dificultades que ahora". No cree que como padres sea muy riesgoso el rally. "Los accidentes suceden, pero estamos bien atados con el cinturón y tenemos el casco puesto. Y nuestro auto no es tan duro. Además, Kees es muy consistente. Si está cansado para, y punto".

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